Más allá de Torres del Paine: 7 lugares impresionantes en la Patagonia que valen el viaje

Cuando escuchamos “Patagonia”, es casi automático pensar en Torres del Paine. Las torres de granito emergiendo entre lagos turquesas y glaciares colgantes han ganado fama mundial, y con razón. Pero como descubrí en mi propia travesía, la Patagonia es mucho más que un solo parque. Este territorio salvaje y extenso guarda joyas ocultas, senderos menos concurridos y paisajes que parecen sacados de otro planeta.

Si estás planeando una aventura por el sur del continente y ya tienes Torres del Paine en la lista, te invito a mirar un poco más allá. Aquí comparto 7 lugares espectaculares en la Patagonia que me dejaron sin aliento y que, sinceramente, rivalizan (¡o incluso superan!) a los clásicos.

1. Fitz Roy – El guardián de El Chaltén (Argentina)

No hay preparación emocional suficiente para ver el Fitz Roy al amanecer. La caminata hasta Laguna de los Tres es exigente, pero llegar y ver las agujas de granito teñidas de rosa y naranja es una de esas experiencias que te cambian. El Chaltén, conocido como la capital argentina del trekking, es la base perfecta para esta y otras rutas, como la Laguna Capri o el Sendero Loma del Pliegue Tumbado.

Tip: Usa capas térmicas de alpaca para este trek, especialmente si sales antes del amanecer. La diferencia en confort y calor es notable.

2. Glaciar Perito Moreno – Gigante en movimiento (Argentina)

A diferencia de muchos glaciares en retroceso, el Perito Moreno todavía se mueve y ruge. Caminar sobre su superficie con crampones y ver cómo se desprenden bloques de hielo es una experiencia sensorial completa. No es una caminata larga, pero sí una de las más impactantes.

¿Sabías que...? Puedes combinar esta excursión con una travesía más larga por el Parque Nacional Los Glaciares, donde se encuentra.

3. Cerro Torre – Belleza imposible (Argentina)

Dicen que es la montaña más difícil de escalar del mundo. Para nosotros, simples mortales, su sola contemplación ya es un privilegio. La caminata hasta la Laguna Torre es de dificultad media, pero sus vistas, con el cerro emergiendo dramáticamente entre nubes y glaciares, son pura poesía visual.

Imprescindible: Lleva guantes térmicos y una chaqueta cortaviento: el clima cambia en cuestión de minutos.

4. Parque Nacional Pali Aike – Patagonia lunar (Chile)

Este parque parece sacado de Marte. Con paisajes volcánicos, cráteres y cuevas, Pali Aike ofrece una Patagonia completamente distinta. Menos conocida y poco frecuentada, es ideal si buscas soledad y misterio.

Ruta recomendada: El sendero al Cráter Morada del Diablo es corto pero surrealista.

5. Tierra del Fuego – El fin del mundo te espera (Chile/Argentina)

Caminar en Tierra del Fuego es caminar entre lengas, turberas, castoreras, y cielos eternos. La ruta del Paso de las Nubes o los senderos del Parque Nacional Tierra del Fuego son joyas para quienes aman el trekking remoto.

Equipo recomendado: Usa medias térmicas de alpaca y ropa impermeable. La humedad es constante y el frío puede colarse sin aviso.

6. Lago Viedma – Belleza azul hielo (Argentina)

Menos visitado que el Perito Moreno, pero igual de fascinante. Desde la estancia Helsingfors, se puede acceder a senderos con vistas panorámicas del lago y los glaciares que lo alimentan. Uno de los secretos mejor guardados de la región.

Pro tip: Ideal para quienes buscan rutas alternativas cerca de El Chaltén.

7. Ruta 40 – La travesía misma es el destino (Argentina)

Más que un lugar, la mítica Ruta 40 es una experiencia. Atravesar la estepa, los lagos, los pueblos perdidos y ver cómo se dibuja la cordillera a lo lejos es una forma de sentir la inmensidad de la Patagonia. Aquí, cada parada es una aventura.

Consejo: Planifica tramos caminables o con bicicleta si quieres variar el ritmo del viaje.

¿Qué llevar para explorar más allá de Torres del Paine?

Las condiciones en estas zonas varían desde viento glacial hasta sol intenso y lluvias repentinas. Te recomiendo un equipo que se adapte, y si es sostenible, ¡mejor! Estas son mis elecciones clave:

• Primera capa de alpaca (superior e inferior) – Suave, transpirable y sorprendentemente cálida. Mucho mejor que las sintéticas. Me mantuvo seco y cómodo durante largas caminatas, incluso en condiciones cambiantes.
• Medias de senderismo de alpaca + medias térmicas – Un antes y un después. Mis pies se mantuvieron cálidos y sin ampollas, incluso tras jornadas de más de 20 km.
• Guantes térmicos de alpaca – Resistentes al viento y con buen aislamiento, incluso cuando se humedecen. No salí sin ellos ni un solo día.
• Chaqueta impermeable tipo shell – Ligera, transpirable y con costuras selladas. Esencial contra la lluvia y el viento patagónico.
• Chaqueta de alpaca con aislamiento térmico – Mi prenda favorita. Cálida, compresible y nunca se siente húmeda por dentro. Perfecta para las noches frías en campamento.
• Pantalones de senderismo de secado rápido + leggings de polar – Usé ambos todos los días. Una combinación ideal para adaptarse a cambios de temperatura y esfuerzo físico.
• Buff, gorro, sombrero para el sol – Imprescindibles para protegerte del viento helado, el sol fuerte y el frío inesperado.

Reflexión final

Más allá de Torres del Paine hay un mundo por descubrir. La Patagonia es vasta, diversa y salvaje. Cada paso que das te conecta más con lo esencial, con lo natural, contigo mismo. Si te animas a explorar estos rincones menos conocidos, no solo verás paisajes únicos, sino que vivirás una Patagonia más auténtica.